miércoles, 3 de septiembre de 2014

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 Sentado en el césped de una plaza de inquietudes, en un pueblo de esperanzas, mira el cielo estrellado y sintiendo el susurro de su viento, se pregunta, ¿cuál es el sentido de su vida?
 Frustrado, piensa en sus caminos a seguir, en las posibilidades que le aterran adquirir, en las decisiones que no sabe tomar... Intenta, sin éxito, culpar a sus progenitores de mantenerlo en una burbuja, y que en su madures le haya explotado en la cara, con ojos irritados mirando a su alrededor, la desesperación por la picazón, apartado y quieto; mirando como el mundo sigue un rumbo ajeno a sí. Porque él no tiene rumbo, y a la deriva se encuentra queriendo tomar dirección.
  La brisa de la fresca noche cae en su cara, baja la mirada y suspira. Le da una pitada a su cigarrillo y piensa con diversión en la analogía que acaba de crear, su vida consumiéndose como un pucho, el fuego como su indecisión ardiéndole en las sienes, las cenizas cayendo como el tiempo que pasó y que no puede recuperar.
 Revuelve su pelo, frío y mojado. Suspira por décima vez en esa hora loca que decidió pasar en esa plaza; tira su cigarrillo, se levanta, enojado y mirando al cielo, camina de regreso a casa.
 Su viento sopla y decide oírlo finalmente, sintiéndolo como una voz reveladora, aterradora. Serena y vivaz, que lo acoge, lo calma, le da las respuestas del mundo. Su mundo del revés.
 Llegando a la acera, gira su cabeza y mira a lo lejos aquel parque, su viento sopla con fuerza despojando sus inquietudes y resuelve, que tal vez esa hora afligida que toma cada noche estrellada sea la mejor desperdiciada.

 Ideas desesperadas, encontrados sentimientos, ganas locas de escribir. 

J.

jueves, 21 de noviembre de 2013

I.

 En este tiempo ha visto la hipocresía de cerca, ha comprobado la falsedad, ha sido testigo ajeno de la irrespetuosidad y ha vivido la desolación.
 Siempre se preguntó por qué en cuanto más sufría más preguntas le llegaba, más ideas interceptaba, más respuestas esperaba, a la par del colapso mental que nunca aparecía. A la marea de su cabeza le temía, a las insinuaciones que escuchaba, a las aguas del tormento que vivía. A veces, cuestionaba si tal vez sus emociones eran demasiado fuertes y por ello, exageradas; más no cabía duda que en su vida un tercero se sentía, del cual dependen muchas almas.
 En su mente analizaba e interrogaba a las personas de su alrededor: ¿Será que existe la religión?; ¿Será verdad que se exigen normas para ganarse, tal vez, un espacio alternativo como el cielo?, ¿cuán valioso ha de ser ese paraíso para que tal divinidad exponga un precio justo a su entrada?. Se preguntaba: ¿qué tan justo ha de llegar a ser?. Si cada vez menos personas creen en la iglesia, y la catalogan como falsa por no buscar otro fin que no sea, tal vez, el poder o beneficio de unos pocos, ¿por qué, entonces, no se han juzgado a aquellos que siguen el camino de la divinidad, cuando su fin es el acceso a un beneficio más bien personal?

¿Por qué no ha de ser, también, falso? Si la realidad no es buscar el bienestar en común con los demás, el bien por el bien mismo. 

viernes, 29 de marzo de 2013

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Toda relación se debe cuidar tal como a una planta, que si no se riega se seca; se pudre.

viernes, 22 de marzo de 2013

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Tengo un serio problema con los remates. 
Tengo un serio problema, sin desear sentir mal a nadie, para finalizar relaciones; siempre quiero más. 
Tengo un serio problema para finalizar mis escritos, no engancho un buen remate. 

J.

jueves, 21 de marzo de 2013

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Me considero una persona sumamente positiva. Me considero una persona que le gusta transmitir buenas vibras. Me considero una persona absolutamente cargosa. Positiva, sin limites. 

Excesivamente positiva. 

Aún sigo en mi búsqueda y confieso, a veces... muchas veces, me gustaron más los " - ".

Soy positiva, tan absurda y descaradamente positiva que de los "-" siempre saqué algún "+".

J.

lunes, 18 de marzo de 2013

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¿Quién es dios? 

¿Quién sos vos?

¿Quién soy yo?

¿Quienes somos? 

Loca, loca¿Quién soy?
Libertad, viento, tormenta.
Fuego y hielo.
Soy calor, soy frio.

¿Quién es ella? Esa chica en el espejo no soy yo. 
     Es compañía, soy soledad.
¿Quién es dios?, ¿Quién sos vos?
Te siento cuando el día se reviste de negro y el miedo gobierna mi reino. ¿Quién es la princesa? yo no. 

La princesa siempre en compañía, yo en soledad.

¿Cómo me busco? ¿Cómo me encuentro? ¿Quién soy? ¿Quién es ella? 

Quiero acompañarme.

¿Quién es dios? ¿Quién sos? Te siento, te reniego. 

No, no te dejo entrar. 

La princesa gustosa saborea su victoria, pero yo sé que esto no sabe a libertad.
Libertad no. Tormento. Amargo, no dulce.
La puerta está cerrada mas no la cerradura. No obstante, estoy encerrada con cadenas que no veo e inservible soy con la mucha fuerza que tengo, no siento.
La princesa es fuerte, yo débil. Ella me representa mas no soy yo. 

  Es compañía, soy soledad. 

La princesa tiene compañia, yo tengo fantasmas. ¿Los tengo? Los creo. 
¿Porqué? ¿Para qué? ¿Quién sos? Te siento ¿ Donde estas?

Soy verde hojas, celeste cielo, azul noche y amarillo luna. Soy gris nublado. 
Soy marron calor, negro miedo, rojo amor; aire, tierra y agua. 

Soy fuego. Libertad. 

Pienso, existo. 
Siento, pienso. Luego existo. 
Pienso, escribo. ¡NO!
La princesa es papel, yo soy lapicera. 

Siento, escribo. Luego pienso.

Esta soy yo, papel y lapicera. No lápiz, goma o borrador. 
              Papel y lapicera.  




Termino de escribir. La princesa lee y comenta cuan a gusto estuvo la lectura, mientras que el arrogante lápiz y papel contestan con un simplemente "lo sé". 
Yo simplemente le contesto a mi cabeza: al menos por esta noche, gané. 

J.